La bella y el Loco

El Loco es un amigo completo, es lo mejor que pudiese imaginar: me llama y me hace reir, me cuenta historias dignas de bollywood, le gusta todo lo que me gusta y más, sabe cómo hacer coctails deliciosos, hace ruidos cuando habla con mi perro, le salen dardos de la barriga y las orejas, pero sobre todo tiene una novia que es una ternura de mujer, que podría ser la hermana pequeña que todos deberían tener y seguramente el mundo sería más feliz.

Estuvieron aquí Geraldine y Loco y relamente pasé unos días llenos de muchísima diversión. Nos dimos cuenta que nos estamos haciendo viejos pero seguimos actuando como cuando teníamos 20: fiestas, surfeos, risas, bailoteos, comiiidaaa. Y eso sólo lo puedo vivir con el Loco. La verdad es que después de cuestionarme nuestra amistad (sobre todo a las cuatro de la mañana de un martes que escuchaba el teléfono y su voz del otro lado) siempre terminaba pensando que era tan único y auténtico que sólo por verlo sonreir mereceía la pena inclusive la levantada. Además conocer a Geraldine fue re-emotivo, como para agradecerle no sólo al Loco sino a ella que se quieran mutuamente.

También estuvieron Emilio y Carlos, y la verdad es que tener amigos andaluces y con la gracia que tienen estos dos es un verdadero privilegio. Me dolían hasta las costillas de tanto reir.

Por otra parte, ya nos dijeron que siempre sí nos vamos en octubre, habíamos estando al pendiente de esa última llamada y al final, pues sí. Ya se nos acabó el veinte como diría mi madre. Así que sólo pasaremos este verano y luego nos vamos a Chihuahua, estamos entusiasmados, aunque la verdad es que tengo muchas emociones encontradas. Lo importante es que lo mejor siempre esta por venir, ¿no?