sábado, 25 de octubre de 2008

Chihuahua is blue

La mañana está radiante, hay un calor otoñal, ese que permite sentir los rayos de sol mientras se eriza la piel por el fresco mañanero. Un grupo de garzas cruzan el paisaje, mientras que las nubes rosadas van dejando paso a unas de color violeta.
Y sin embargo, Chihuahua está triste, le faltan un par de ojos que la miraban atentos, con sorpresa, con alegría, con curiosidad. Hizo todo el esfuerzo por capturarlos, pero se fueron. Hoy que se viste de gala, parece que hacen más falta.

Los extraño mucho chicos, pero no sólo yo, creo que los extraña la ciudad entera, parece que nos supo a poco a todo el mundo, a los alumnos que todavía ayer me preguntaron por ustedes, a mis padres con los que seguimos hablando de "los vascos", al taxista, las señoras de la cafetería, a mis amigos, pero sobre todo a mi y a Niko.

Ayer a eso de las 8 de la mañana sentí que se me llenaban los ojos de tristeza pero también de cariño. Mis amigos, mis compañeros, se regresaron a Bilbao tras haber estado con nosotros casi dos meses. La verdad es que fue una experiencia increíble poder mostrar lo tuyo a los tuyos, pero a la vez, siempre la alegría sabe a poco.

Y bueno, millones de gracias, por venir, por estar y por seguir siendo más cercanos, aún y cuando de nuevo, nos separa un océano.

Espero que todos, los que están al otro lado del charco y los que están de éste, puedan darse una vuelta por Chihuahua, de veras, que es una ciudad extraña, parece que se hace bella en los ojos de los de fuera. Aún y cuando hoy Chihuahua is blue.